La cistitis intersticial (CI) es una afección crónica que afecta a la vejiga, causando inflamación e irritación en su pared, lo que genera uno de los síntomas más comunes: el dolor pélvico. Esta relación es directa, ya que el dolor pélvico es uno de los principales indicadores de la enfermedad. A continuación, te explicamos cómo se vinculan ambos aspectos y por qué el dolor persiste en quienes padecen esta afección.
Localización del Dolor en la Cistitis Intersticial
El dolor pélvico asociado a la cistitis intersticial generalmente se localiza en la zona suprapúbica (justo por encima del hueso púbico). Sin embargo, puede irradiar hacia otras áreas de la pelvis, como la parte baja de la espalda, los muslos, la vagina, la uretra o el recto. Es común que el dolor empeore cuando la vejiga está llena de orina y mejore tras orinar, aunque en muchos casos, el alivio es temporal.
Inflamación y Sensibilidad de la Vejiga
La inflamación crónica de la vejiga en la CI provoca una hipersensibilidad en los nervios de la pelvis. Aunque no siempre hay una infección activa, el revestimiento de la vejiga (urotelio) puede estar dañado, permitiendo que irritantes presentes en la orina afecten los tejidos subyacentes. Este daño continuo contribuye al dolor persistente y a la incomodidad de quienes padecen la afección.
Disfunción del Suelo Pélvico
Una característica común en las personas con CI es la disfunción de los músculos del suelo pélvico. Estos músculos pueden volverse tensos o dolorosos como respuesta a la inflamación y al dolor crónico. Esta disfunción contribuye a un dolor pélvico generalizado que agrava los síntomas de la cistitis intersticial, haciendo más difícil manejar la afección.
Dolor Crónico y Sensibilización Central
Dado que la cistitis intersticial es una enfermedad crónica, puede dar lugar a un fenómeno conocido como sensibilización central. Esto ocurre cuando los nervios que normalmente no transmiten señales de dolor comienzan a hacerlo, intensificando la percepción del dolor en la región pélvica y dificultando la gestión de los síntomas.
Conclusión
El dolor pélvico en la cistitis intersticial no es solo un síntoma aislado, sino que es el resultado directo de la inflamación y el daño de la vejiga. Además, esta afección puede afectar otros tejidos y nervios de la región pélvica, contribuyendo a un malestar constante y, en algunos casos, debilitante. Si sufres de dolor pélvico crónico y sospechas que puede estar relacionado con la cistitis intersticial, es fundamental buscar atención médica especializada para obtener un diagnóstico adecuado y explorar las opciones de tratamiento.
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