Resumen: Los cilindros son estructuras de naturaleza proteica que se forman por la condensación de sustancias en la luz de los túbulos renales distales, proximales y ductos colectores; adoptando su forma. La presencia de cilindros en la orina es señal de alguna patología, lo que significa que debes acudir al especialista a la mayor brevedad posible. Existen diferentes tipos de cilindros de acuerdo al contenido que posean en su interior y cada uno se debe a causas diferentes. Aquí se explica el significado de su presencia en la orina.

Cilindros en Orina
Diseño de la imagen realizado por: MSc. Marielsa Gil

Los cilindros son estructuras visibles solo al microscopio, no son más que una condensación de mucopolisacáridos denominados de Tamm-Horsfall, sintetizados en los túbulos renales. Estos adoptan la forma del túbulo del cual provienen y por esa razón tiene forma cilíndrica.

Cuando estos cilindros se despegan del túbulo son excretados por la orina. El motivo por el cual estas proteínas se condensan parece estar relacionado con la acidez y con el incremento de sustancias tóxicas.

Los cilindros de menor importancia clínica son los hialinos, los cuales siguen siendo una estructura proteica tubular, pero estos se encuentran vacíos en su interior y por lo general aparecen de forma esporádica sin causa aparente. Sin embargo, pueden ser la matriz básica para la formación de otros tipos claramente patológicos. 

El grosor de los cilindros nos indica si existe inflamación de las células o dilatación de los conductos de Bellini, pues en el primer caso son delgados y en el segundo son gruesos.

La composición o contenido de los cilindros orienta sobre la lesión o anomalía existente.

Por otra parte, cabe destacar que de todos los elementos formes que se pueden hallar en una orina, los cilindros son los únicos que provienen directamente del riñón, es por ello que son un importante marcador de lesión renal.

Tipos de cilindros

Cilindros hialinos

Se piensa que la formación de los cilindros hialinos se debe a una disminución de la reabsorción tubular, a una permeabilidad de las membranas glomerulares exagerada, así como también a un desequilibrio en la concentración de las proteínas y al incremento de la capacidad de filtración del glomérulo.

Desde el punto de vista clínico, la presencia de cilindros hialinos en la orina no suele tener importancia.

Normalmente se originan por eventos circunstanciales, ejemplo pacientes deshidratados con una orina exageradamente concentrada o bajo condiciones de mucho estrés. Pueden aparecer en compañía de proteinuria.

Son fácilmente reconocibles bajo el microscopio porque son cristalinos y con un interior limpio.

Cilindros grasos o lipoides

En este caso, si hay razón para preocuparse, pues se asocian al padecimiento de enfermedades renales bien definidas como el síndrome nefrótico y la nefritis lipoide y también a enfermedades extra-renales como el hipotiroidismo.

Se parecen a los cilindros hialinos pero con la diferencia que estos contienen glóbulos de grasa en su interior.

Cilindros granulares o granulosos

Son uno de los más frecuentemente observados, especialmente en pacientes que padecen glomerulonefritis, en los que sufren nefrosis crónica, en pacientes intoxicados con plomo o infecciones virales. Su presencia indica que en el interior de los túbulos renales existe degeneración celular.

Su aspecto morfológico puede ser variado, pues se les pueden ver finos o gruesos. Son fácilmente reconocibles a nivel microscópico porque en su interior contienen un material granular de color amarillo parduzco.

Si en un paciente diabético que presenta cetosis se llegasen a observar abundantes cilindros granulosos, eso representaría una verdadera emergencia médica, pues suelen aparecer antes de que se produzca el coma diabético.

Cilindros de glóbulos rojos o hemáticos

Como su nombre lo indica en su interior contienen hematíes o eritrocitos, lo que les proporciona un color rojizo anaranjado propio de la hemoglobina.

La orina suele tener abundantes hematíes, pero si hay cilindros hemáticos, indica que los eritrocitos provienen del parénquima renal y no de los uréteres como sucede en la mayoría de los casos.

No siempre su aparición se debe a una causa patológica, pues en algunas personas sanas pueden aparecer, como por ejemplo los atletas que practican deportes de alto impacto (corredores de larga distancia, sobre todo).

Es frecuente observarlos en caso de glomerulonefritis post estreptocócica, vasculitis, lupus, infarto renal, entre otras. 

Cilindros epiteliales tubulares renales

La presencia de cilindros epiteliales indica que hay necrosis importante a nivel de los túbulos renales (lesión tubular aguda). También se pueden encontrar en pacientes con glomerulonefritis, amiloidosis, síndrome nefrótico, eclampsia.

Sin embargo, no son las únicas causas, pues estos pueden aparecer después de un trasplante renal como señal de rechazo o después de padecer infecciones virales, como en el caso de la mononucleosis infecciosa por Citomegalovirus.

Cilindros cerosos o céreos

Son uno de los tipos de cilindros más temidos, pues no solamente se deben a una causa patológica, sino que además su presencia revela que ha existido retención urinaria por obstrucción, provocando un gran deterioro de los túbulos renales, tornándose atróficos por la degeneración del tejido.

Las patologías que se encuentran asociadas a este tipo de cilindros en la orina son: insuficiencia renal crónica, lupus eritematoso sistémico, dermatomiositis, nefritis crónica avanzada, coma, entre otros.

Su aspecto es refringente, con bordes irregulares, dando la impresión que estuviesen rotos.

Cilindros de glóbulos blancos o leucocitarios

Cuando se observan cilindros leucocitarios lo más probable es que se trate de un proceso inflamatorio, como ocurre en la nefritis intersticial o en el síndrome nefrótico, aunque no es exclusivo, pues también aparecen a causa de una infección a nivel renal (pielonefritis).

Su identificación no siempre es fácil, pues se parecen mucho a los cilindros de células epiteliales.

Cilindros hemoglobínicos

Casi siempre se presentan después de una transfusión sanguínea. Normalmente aparecen junto a otros tipos de cilindros, como los hemáticos propiamente dichos y los granulosos.

Cilindros mixtos

Los cilindros mixtos, como su nombre indica, contienen una mezcla de elementos como células epiteliales tubulares, leucocitos, eritrocitos. Es común en cuadros de glomerulonefritis proliferativa.

Cilindros pigmentados

Estos cilindros contienen células epiteliales de los túbulos renales, pero además tienen un color peculiar debido a la presencia de pigmentos como la mioglobina, la bilirrubina o medicamentos.

Cilindros de cristales

Al igual que los hialinos, carecen de importancia clínica, simplemente se forman por la mezcla de los cilindros hialinos con la presencia de algún tipo de cristal en la orina.

Cilindros bacterianos

No se encuentran con facilidad, pues casi siempre las bacterias son eliminadas por los glóbulos blancos o leucocitos. Se forman cuando los gérmenes son abundantes en la orina, donde suele haber otros tipos, como los leucocitarios.

Pseudocilindros

Como su nombre indica, son falsos cilindros formados en el momento de centrifugar la orina. Son un artefacto, por tanto no tienen ningún significado clínico.

Cilindroides

Se confunden con los cilindros hialinos pero se diferencian de estos en que en este caso uno de los extremos no es redondeado, sino que posee un reborde rectangular. Los cilindroides si tienen importancia clínica.

Recomendación final

Si en el examen de orina aparece alguno de estos cilindros, es importante que recuerden que su presencia en la orina no es normal. Algo no está funcionando adecuadamente, por lo que es recomendable acudir al especialista lo más pronto posible.

Invitamos a nuestra audiencia a dejar su comentario acerca del artículo, lo agradeceríamos mucho.

Por otra parte, no olviden que podrán preguntar cualquier duda a nuestros especialistas; ellos estarán prestos a contestar a la mayor brevedad posible.

Referencias

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Fuente: Análisis de Sedimentos en Orina UPR-RCM Tecnología Médica