Es necesario monitorizar y vigilar la función renal después de haber padecido una infección por Covid -19 debido a que este virus es capaz de infectar las células de los túbulos renales. La presencia de receptores específicos en estas células facilita la penetración del virus y el daño tisular. Sin embargo, no todos los pacientes van a tener afectación renal.

El virus Covid-19o SARS-CoV-2, como también se le conoce, puede afectar el sistema renal, como han demostrado numerosos estudios. De ahí la importancia de realizarse un control nefrológico durante la infección y tras la recuperación.

¿Por qué los pacientes que han sobrevivido al Covid-19 deben acudir a un especialista?

Todos los pacientes que padezcan una infección por el Covid-19, deberían someterse a una evaluación nefrológica con el fin de descartar un posible daño renal. A través de una valoración médica específica y análisis de laboratorio, será posible confirmar o descartar cualquier deterioro de este órgano.

Algunos estudios revelaron que el riesgo de mortalidad y severidad de la infección era mayor en aquellos pacientes que presentaban alteraciones analíticas sugerentes de deterioro de la función renal.

La monitorización de los valores de creatinina y urea en sangre, además de proteinuria y hematuria en orina, resultan suficientes para comprobar la posible afectación renal durante la infección o durante el período de convalecencia.

La alteración de estos parámetros, indica que existe afectación del riñón y mayor riesgo de complicaciones. Su evaluación posterior puede ayudar a detectar signos tempranos de enfermedad renal provocados por el virus.

Otros análisis que pudieran servir para evaluar el daño renal son el estudio de biomarcadores, cuya elevación indicaría daño renal, pudiendo ser detectados en fases muy tempranas de la enfermedad.

Algunos biomarcadores renales son: la lipocalina asociada a gelatinasa de neutrófilos (NGAL); la KIM-1, también conocida como molécula 1 de daño renal, la cual es una proteína transmembrana que se encuentra expresada sobre las células epiteliales de los túbulos renales; yla interleucina 18 (IL18).

Las investigaciones tratan de dilucidar si los pacientes que ya tenían un daño renal previo a la infección por Covid -19 o SARS-CoV-2 son más susceptibles de evolucionar hacia una insuficiencia renal aguda grave.

Todas estas cuestiones se irán aclarando a medida que se realicen más investigaciones y dispongamos de más datos sobre el funcionamiento renal de los pacientes que sufrieron la infección por Covid-19.

¿Por qué el covid-19 ataca al riñón?

Los estudios han demostrado que el virus del Covid-19 se une a las células que poseen un tipo específico de receptor en su superficie. Se trata del receptor de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2).

El virus es capaz de fijarse a las células que expresen dicho receptor con una alta afinidad. Este receptor se expresa abundantemente en las células alveolares del pulmón y en muchos otros órganos: endotelio vascular, hígado y de una forma importante, también en las células tubulares del riñón.

Esto explica que se haya encontrado la proteína de la nucleocápside del SARS-CoV-2 en las células renales al realizar autopsias a personas fallecidas por esta infección y que también sea posible detectar dicha proteína en la orina de estos pacientes.

¿Dónde se localizan los receptores ACE2 en el riñón?

Los receptores ACE2 se localizan a nivel de los túbulos renales (recto proximal) y no en el glomérulo. Por tanto, la infección por Covid-19 puede ocasionar una lesión tubular cuando este afecta el riñón, observándose un infiltrado de macrófagos con daño tubular agudo, pero sin lesiones glomerulares importantes.

Se puede decir entonces que, aunque el SARS-CoV-2 ataca principalmente al sistema respiratorio, también se podría considerar un virus nefrotrópico, es decir, con afinidad por las células renales.

La afectación renal es una más de las complicaciones que se han observado en el cuadro de Covid-19, junto a la insuficiencia miocárdica y multiorgánica.

¿Por qué es importante prestar atención al Covid-19 y a los pacientes renales?

Si se considera que la enfermedad renal crónica afecta al 10% –15% de la población mundial, es importante conocer las consecuencias que esta infección pudiera tener en estos pacientes. Es imprescindible determinar cuáles son las manifestaciones clínicas y cómo se podría realizar el diagnóstico en una etapa temprana, para un mejor control y seguimientode los pacientes, y así evitar complicaciones mayores posteriores.

La preocupación aumenta al ver que un estudio reveló que no hay variación genética en la expresión de los receptores ACE2 en las poblaciones estudiadas, lo que se traduce en que el virus puede atacar el riñón de cualquier paciente, sin que haya una predisposición mayor en unos individuos o en otros.

Sin embargo, no se presenta en todos los pacientes y tampoco está bien definido si el riñón pudiera actuar como un reservorio oculto para el SARS-CoV-2 y mucho menos como podría replicarse el virus en el riñón.

Tampoco se sabe si es el virus el que causa la lesión renal (efecto citopático), o es a consecuencia de la respuesta inflamatoria exagerada, como sucede en el parénquima pulmonar.

En otras palabras, se desconoce cuál es la tasa de daño renal que pudiera estar ocasionando el virus de forma directa o indirecta, aun cuando se sabe que es posible el daño citopático directo, ya que el SARS-CoV-2 tiene afinidad o tropismo por las células de los túbulos renales, como ya se ha mencionado.

Hasta ahora se sabe que, los pacientes que han desarrollado insuficiencia renal aguda grave durante la infección por Covid-19 han cumplido el siguiente patrón:

  • Han sido pacientes de edad avanzada,
  • Presentaban diabetes mellitus o enfermedad cardiovascular previa,
  • Pacientes de raza negra.
  • Eran pacientes hipertensos.
  • Requirieron ventilación asistida.
  • Necesitaron medicamentos vasopresores. 

De los pacientes estudiados que desarrollaron insuficiencia renal aguda grave, 35% fallecieron, 26% fueron dados de alta y 39% permanecieron hospitalizados.

Las investigaciones apuntan a realizar un seguimiento de las posibles secuelas a largo plazo de la infección por SARS-CoV-2, siendo necesario para ello un monitoreo intensivo de la función renal en estos pacientes.

Recomendaciones finales

Como recomendación debe quedar claro que los pacientes que han sufrido una infección por Covid -19 deben quedar aislados hasta que se compruebe que no eliminan partículas virales, ni en las secreciones bronco-pulmonares, ni por la orina.

Esto es indispensable para cortar la cadena de contagio, así como para proteger a los trabajadores sanitarios y al resto de la población.

Por último, la infección del Covid-19 puede afectar a cualquier órgano o aparato, por lo que sería importante realizar un chequeo completo tras la recuperación de los pacientes.

Referencias

  1. Yue-miao Zhang and Hong Zhang. Genetic Roadmap for Kidney Involvement of Severe Acute Respiratory Syndrome Coronavirus 2 (SARS-CoV-2) Infection.CJASN 2020; 15 (7):1044-1046. Available from: cjasn.asnjournals.org/content/15/7/1044
  2. Moitinho Matheus Santos, Belasco Angélica Gonçalves da Silva, Barbosa Dulce Aparecida, Fonseca Cassiane Dezoti da. Acute Kidney Injury by SARS-CoV-2 virus in patients with COVID-19: an integrative review. Rev. Bras. Enferm. 2020; 73 (Suppl 2): e20200354. Available from:scielo.br/scielo.php
  3. COVID-19: tratamiento ambulatorio_LA (1.2) Clinical Overview Sinopsis. 2020. Disponible en: elsevier.com/