La cistitis crónica es una inflamación persistente de la vejiga que puede producir cambios visibles en su mucosa interna. Estos cambios pueden observarse mediante una cistoscopia, una técnica que permite examinar directamente el interior de la vejiga. Conocer cómo se ve una vejiga afectada por cistitis crónica es clave para entender su evolución, gravedad y las posibles complicaciones asociadas.
En este artículo te explicamos, con imágenes reales, los distintos aspectos que puede presentar la vejiga en función del tipo de inflamación. Si sufres molestias urinarias recurrentes, este contenido puede ayudarte a comprender mejor tu situación.
Vejiga normal: mucosa lisa y rosada
Una vejiga sana presenta una superficie pálida y relativamente lisa, con una red vascular visible pero no densa. Existen zonas en las que no se aprecian vasos sanguíneos, y el epitelio tiene una apariencia uniforme y regular.
Cistitis folicular: aspecto granular
En los casos de cistitis folicular intensa se observan pequeños abultamientos distribuidos por toda la superficie vesical, similares a granos. Estas formaciones son folículos linfoides inflamados que indican una respuesta inmunitaria crónica. Es una forma llamativa, pero de buen pronóstico.
Cistitis glandular: empedrado irregular y enrojecido
La cistitis glandular se caracteriza por un epitelio vesical que ha perdido su uniformidad. La mucosa presenta un aspecto de “empedrado”, con zonas enrojecidas y una vascularización más marcada. Esta forma debe vigilarse estrechamente, ya que en algunos casos puede evolucionar hacia lesiones premalignas.
Cistitis con fibrosis: retracción de la pared vesical
Cuando la inflamación crónica da lugar a fibrosis, observamos una zona central retraída, con trayectos vasculares y fibrosos que convergen hacia ella. Esta fibrosis sustituye al epitelio normal, lo que reduce la capacidad de distensión de la vejiga y puede provocar una disminución significativa de su tamaño y funcionalidad.
Cistitis metaplásica: recubrimiento blanquecino
Una de las formas más comunes y menos agresivas de cistitis crónica es la cistitis metaplásica. En ella, el epitelio vesical normal se sustituye por epitelio metaplásico, generando un aspecto blanquecino uniforme, como si hubiera “nevado” sobre la vejiga. En estas zonas no se aprecian vasos sanguíneos, pero el pronóstico suele ser favorable.
Cistitis hemorrágica: vasos rotos y sangrado activo
En algunas formas más severas, la vejiga presenta una gran densidad de vasos frágiles que se rompen con facilidad, originando pequeños glomérulos hemorrágicos. Esta imagen corresponde a una cistitis crónica con focos de sangrado frecuentes, lo que puede generar síntomas urinarios más intensos y persistentes.
Cistitis intersticial severa: úlceras y hemorragias difusas
La forma más grave de cistitis crónica es la cistitis intersticial con úlceras. En estos casos se observan zonas ulceradas, sangrado generalizado y pérdida del epitelio normal. El tejido aparece enrojecido, irregular y muy frágil, lo que genera síntomas muy intensos: dolor pélvico, urgencia urinaria y sensación constante de vejiga llena.
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¿Qué hacer si sospechas que puedes tener cistitis crónica?
Si tienes molestias urinarias frecuentes, sensación de presión en la vejiga o sangrado en la orina, es importante realizar una evaluación especializada. En el Instituto Urológico IGB contamos con tecnología avanzada para el diagnóstico y tratamiento de la cistitis crónica, y te ofrecemos una valoración integral y personalizada para encontrar el mejor enfoque en tu caso.
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