El cáncer de próstata es uno de los tumores más frecuentes en hombres, especialmente a partir de los 50 años. Sin embargo, no todos los casos requieren un tratamiento inmediato. Existen tumores que crecen tan lentamente que es posible convivir con ellos durante años sin que representen un riesgo real para la salud. Para estos casos, existe una estrategia cada vez más utilizada y avalada por la evidencia científica: la vigilancia activa.
¿En qué consiste la vigilancia activa?
La vigilancia activa es una alternativa segura para pacientes con cáncer de próstata de bajo riesgo. En lugar de aplicar un tratamiento agresivo desde el inicio, como cirugía o radioterapia, se opta por un seguimiento estrecho y periódico del tumor. El objetivo es controlar su evolución en el tiempo y actuar sólo si aparecen signos de progresión.
Es una forma de evitar tratamientos innecesarios en pacientes cuya enfermedad probablemente nunca les cause problemas de salud importantes.
¿Cuándo se recomienda?
La vigilancia activa no es para todos. Se indica únicamente en hombres con tumores considerados de bajo riesgo, es decir:
- Cáncer localizado únicamente en la próstata.
- Crecimiento muy lento y sin signos de agresividad.
- Niveles de PSA (antígeno prostático específico) bajos o moderados.
- Ausencia de síntomas urinarios o molestias.
- Buen estado de salud general.
- Confirmación mediante biopsia de que se trata de un tumor poco agresivo.
- En algunos casos, se puede realizar un estudio genético del tumor para evaluar con más precisión su comportamiento.
¿Qué controles incluye?
Durante la vigilancia activa, el urólogo programará una serie de revisiones que permiten detectar a tiempo cualquier cambio en el comportamiento del tumor. Estos controles incluyen:
- Análisis de PSA cada 3 a 6 meses.
- Resonancia magnética multiparamétrica de próstata, realizada de forma periódica.
- Biopsias prostáticas de control, cuando sea necesario.
- Exploraciones físicas y consultas regulares.
¿Por qué optar por vigilancia activa y no tratar directamente?
Porque no todos los cánceres de próstata son iguales. Muchos de ellos, sobre todo en hombres mayores, evolucionan de forma tan lenta que nunca llegan a dar síntomas ni a comprometer la salud del paciente.
Además, los tratamientos como la prostatectomía (extirpación de la próstata) o la radioterapia pueden tener efectos secundarios importantes, como:
- Incontinencia urinaria.
- Disfunción eréctil.
- Cambios en la calidad de vida.
La vigilancia activa permite preservar la calidad de vida del paciente sin poner en riesgo su salud. Si en algún momento el tumor muestra señales de activarse o cambiar de comportamiento, entonces sí se inicia el tratamiento necesario.
Una metáfora sencilla: el sistema de alarma
Podríamos decir que la vigilancia activa es como tener una alarma conectada. Mientras todo esté tranquilo, no hay que hacer nada. Pero si salta la alarma (es decir, si el tumor cambia), se actúa con rapidez.
En resumen
La vigilancia activa es una forma inteligente, prudente y basada en la evidencia de tratar ciertos cánceres de próstata. Permite evitar intervenciones innecesarias sin poner en peligro la salud del paciente, y con un seguimiento estrecho que garantiza una actuación rápida si fuera necesario.
Si has sido diagnosticado con un cáncer de próstata y te han propuesto esta opción, consulta con tu urólogo todas tus dudas. En medicina, cada caso es único, y tomar decisiones informadas es siempre la mejor estrategia.
Preguntas frecuentes sobre vigilancia activa en el cáncer de próstata
¿Es segura la vigilancia activa?
Sí, siempre que se sigan los controles médicos indicados. Numerosos estudios demuestran que es una opción segura para tumores de bajo riesgo.
¿Significa que el cáncer se deja sin tratar?
No exactamente. Significa que se trata de forma personalizada y en el momento adecuado, si es necesario.
¿Y si el tumor crece durante la vigilancia activa?
En ese caso, se cambia de estrategia y se inicia el tratamiento indicado (cirugía, radioterapia, etc.), pero en un momento más adecuado y justificado.
¿Se puede aplicar a cualquier edad?
Suele recomendarse en hombres mayores de 65 años, pero también puede ser adecuada en pacientes más jóvenes si el tumor es de muy bajo riesgo y se desea evitar los efectos secundarios del tratamiento.


