Las infecciones del tracto urinario (ITUs) en la mujer (también denominadas cistitis) constituyen un problema sanitario muy importante tanto por su frecuencia como por el trastorno que ocasionan a las pacientes que las padecen y sus posibles repercusiones. Hablamos de ITUs de repetición cuando se han padecido mas de 2 episodios en 6 meses o 3 en un año. La susceptibilidad para padecer una nueva infección urinaria aumenta significativamente con cada episodio, por lo que no es infrecuente que se presenten de forma recurrente en muchas pacientes. Se estima que el riesgo de tener una segunda infección urinaria en pocas semanas es de alrededor del 30% ( 1 de cada 3 pacientes).

Conocemos multitud de factores que predisponen e incrementan el riesgo de padecer una infección urinaria en la mujer. Es importante conocer estos factores para tratar de evitarlos, los que resulte posible hacerlo, o para intensificar las estrategias de prevención en las mujeres con especial susceptibilidad. Los principales factores predisponentes conocidos son:

  1. Las relaciones sexuales con penetración. La penetración vaginal facilita las infecciones urinarias por un mecanismo puramente mecánico. El pene exprime el contenido de la uretra femenina, de escasa longitud, hacia el interior de la vejiga, permitiendo que ese material contaminado llegue hasta su interior. No se trata, por tanto, de un mecanismo de transmisión sexual, ya que no es el varón el que inocula los gérmenes en la mujer.
  2. Existencia de ITUs previas: como ya se ha comentado previamente, al haber padecido una ITU, el riesgo de volver a tener un nuevo episodio en las semanas sucesivas es de un 30%.
  3. Cualquier situación que provoque una alteración en la flora bacteriana normal de la vagina. La vagina está colonizada, en condiciones normales, por una serie de gérmenes y bacterias (microbiocenosis vaginal) que carecen de capacidad para provocar infecciones urinarias. El más importante de estos gérmenes es el lactobacilus. Esta flora habitual impide el crecimiento de otras bacterias u hongos con capacidad para invadir el tracto urinario y causar una infección. Las causas más frecuentes por las que puede alterarse la microbiocenosis vaginal son:
    • Utilización de diafragmas vaginales
    • Utilización de cremas espermicidas
    • En general, la presencia de cualquier cuerpo extraño en vagina
    • Tratamientos antibióticos previos que hayan podido destruir la flora normal y permitido el crecimiento de bacterias resistentes al tratamiento antibiótico instaurado
    • Menopausia: la menopausia provoca una atrofia de la mucosa vaginal que reduce la cantidad de lactobacilus y flora saprofita (incapaz de causar infecciones), facilitando el sobrecrecimiento de gérmenes patógenos (con capacidad para causar infección).
    • Antecedentes de cirugía vaginal o uroginecológica previa
  4. Cualquier situación que condicione la persistencia de orina en la vejiga tras la micción: Uno de los mecanismos más eficaces para evitar la infección urinaria es el completo vaciado de la vejiga con la micción. Los gérmenes son capaces de reproducirse rápidamente en la orina residual, lo que facilita su adhesión a las paredes de la vejiga, causando así la cistitis. Si cada 3-4 h se vacía por completo la orina contenida en la vejiga, se elimina la mayor parte de los gérmenes y se arrastra a muchos de los que han logrado adherirse a sus paredes. Algunas situaciones en las que se produce esta situación de vaciado incompleto de la vejiga son:
    • Obstrucción en el vaciado de la vejiga
    • Presencia de cistocele
    • Enfermedades neurológicas o musculares que impidan la adecuada contracción de la vejiga durante su vaciado
  5. Historia familiar de ITUs frecuentes: puede haber una cierta predisposición genética a padecer ITUs determinada, fundamentalmente, por la presencia de receptores específicos en la vejiga que faciliten la adhesión de las bacterias.
  6. Pacientes diabéticas: la diabetes es un factor de riesgo que actúa a través de múltiples mecanismos fisiopatológicos para predisponer a una ITU.